domingo, 18 de septiembre de 2011

Mauricio Rodríguez, y un gol que valió una guerra

El gol a Honduras
Mauricio Alonso Rodríguez Lindo, “pipo” para sus compañeros, fue un futbolista salvadoreño nacido en septiembre de 1945, que alcanzó fama especialmente durante las décadas del 60´y 70´, cuyo nombre recorrió el mundo sólo una vez, el 27 de junio de 1969, cuando un gol convertido para su seleccionado en un encuentro ante Honduras, produjo una masacre militar que duró apenas 100 horas, pero que se llevó la vida de unas 5.000 personas en ese lapso.

No obstante, los tiempos y lugares nunca son casuales, como no lo fue tampoco que Rodríguez estuviese allí para desencadenar estos trágicos acontecimientos que, de haberse producido en la actualidad, hubieran tenido un impacto mucho mayor incluso al que tuvieron entonces.

Comenzando desde un principio, debemos decir que Mauricio Rodríguez inició su carrera como extremo derecho en el “Colegio Externado San José”, una institución educativa católica de la “Sociedad de Jesús”, en San Salvador, donde se dedicaba al fútbol para entretenerse en los momentos libres, aunque muchos de sus vecinos comenzaron a ver sus condiciones siendo apenas un niño.

Incluso, en 1960 fue fichado por el “Sport Boys Mejicano”, un club de la zona que no competía oficialmente, pero que se volvió fundamental para que adquiriera sus aptitudes. Esas mismas aptitudes que le llevaron a ser seleccionado para representar a su país apenas un año más tarde, en este caso para la sub17 de El Salvador, comenzando un idilio con su país que ya nunca se detendría.

Luego de disputar algunos partidos junto a sus compatriotas por todo Centroamérica, el Atlante de San Alejo puso su ojo sobre el futbolista, pagando una cifra irrisoria por sus servicios, aunque brindándole una excelente oportunidad de seguir creciendo profesionalmente. A las pocas semanas, el Club Deportivo Futbolistas Asociados Santanecos, conocido como “FAS”, le contrató pero le permitió quedarse hasta fin de año en su equipo.

Sin embargo, a comienzos de 1961, ya se le consideraba un jugador totalmente preparado para la máxima competencia, y logró asentarse en esta institución, aunque rotaba por una cuestión de edad, siendo siempre un fijo en las convocatorias de las diferentes juveniles salvadoreñas.

Su proyección no se detenía, y en 1963, fue a buscarlo el Club Deportivo Universidad de El Salvador o “UES”, que pertenecía desde luego a esta casa de estudios.Allí comenzó a cursar en sus tiempos libres la carrera de Ingeniero Civil, que completaría años más tarde, formando un vínculo muy fuerte con todos los elementos que rodeaban al equipo.

El festejo del gol
Su rendimiento en el campo de juego, al mismo tiempo, era sobresaliente, al punto de convertirse en el máximo goleador de la Primera División de su país con apenas 20 años, en la temporada 1965/66, y destacando también por su gran facilidad para desarrollar acrobáticas maniobras, como “chilenas” o “tijeras”.

Un par de años más tarde, también comenzó a mostrar sus facultades en la selección mayor de su país, ayudando a la histórica clasificación del mismo a los Juegos Olímpicos de 1968 en México, donde incluso se dio el gusto de anotar un gol en el encuentro ante Ghana.

Su nombre ya era conocido en buena parte del continente americano, y a la vuelta de esta competencia, se erigió en uno de los líderes de un combinado de El Salvador que luchaba por acudir a la Copa Mundial de 1970, también en México, por primera vez por méritos propios en su historia.

Luego de eliminar a algunos rivales menores, los salvadoreños debían definir la clasificación al Mundial ante sus vecinos de Honduras, con quienes además se había generado una especie de “clásico”, por las discrepancias políticas entre ambas naciones. Se había programado dos encuentros, atendiendo a la localía de cada uno de los equipos, a jugarse en junio de 1969.

El primero de ellos se disputó el 6 de junio en Tegucigalpa, Honduras. Los locales se impusieron por 1 a 0 en un partido que destacó por la fiereza de sus protagonistas, y se programó la vuelta para el día 15. Se encontraron en San Salvador, donde los locales tenían que ganar para forzar un partido desempate, y no sólo que lo hicieron, sino que por 3 a 0, aunque por la disposición de la Concacaf, la cantidad de goles no tenía mayor significado.

Pero en esas semanas, el ambiente se calentó por demás... “los hinchas apenas nos dejaron dormir en el hotel. Llegó un momento en el que de verdad temimos por nuestra vida. Una varilla de un cohete rompió el cristal de una ventana en la habitación en la que estaba con otros tres compañeros” contó uno de los salvadoreños a su prensa. Al mismo tiempo, se hizo conocida la historia de una tal Amelia Bolaños, de 18 años, que al no poder soportar la derrota de su país ante Honduras en el primer encuentro, se quitó la vida con el arma de su padre.

Firmando un muro en su honor
Fue recién entonces que se anunció el tercer y definitivo choque entre estas selecciones, a jugarse en México, ya que se debía utilizar una ciudad neutral. El primer tiempo finalizó con victoria para Honduras por 2 a 1, pero en la segunda etapa, El Salvador consiguió el empate y el encuentro finalizó sin cambios en el marcador, por lo que se requerían tiempos extras.

Los mismos se disputaron como correspondía, y en el segundo de ellos, “pipo” tomó una pelota suelta en el área, batiendo la salida del portero hondureño y asegurando la clasificación de su país al Mundial a falta de pocos minutos en el marcador. Era un triunfo celebradísimo en su nación, y una revancha personal para él, que había sido lesionado en el primer enfrentamiento, perdiéndose el segundo.

“Hemos roto las relaciones con El Salvador. Posiblemente haya una guerra”. El 27 de junio de 1969, nada más perder en la prórroga sus opciones de figurar en el Mundial, Armando Velázquez, coronel y a la postre embajador de Honduras, adelantó a los futbolistas de su país la que se les venía encima.

“La llamaron injustamente de esa forma. Fue un pretexto que nos pilló en medio. Jamás imaginé la repercusión que tendría uno de mis goles, lo que iba a desencadenar” cuenta igualmente “pipo” Rodríguez a día de hoy en una entrevista a “El País” de España.

La Guerra del Fútbol

Durante estos partidos de fútbol, se había evidenciado el clima caldeado en ambos países, principalmente a partir de la precaria situación social de ambos. La relación entre ellos también venía deteriorada porque Honduras impulsó una reforma agraria en esas semanas, que perjudicaba directamente a la gran cantidad de campesinos que habían trabajado sus tierras, expulsando del país a unas 150.000 personas.

Imágenes de la Guerra
Los gobiernos de ambos países, ante la imposibilidad de dar respuestas puertas adentro, buscaron intensificar el odio contra sus vecinos para desviar la atención. Por esta razón, el 14 de julio, el ejército salvadoreño lanzó un ataque contra Hondura, consiguiendo acercarse a Tegucigalpa, pero tras cuatro días de conflicto armado, la Organización de Estados Americanos negoció un "alto al fuego" que entró en vigor el 20 de julio.

Por su duración, la guerra fue denominada “de las cien horas”, aunque posteriormente Ryszard Kapuściński, reportero polaco, decidió bautizar al conflicto como “Guerra del Fútbol”, por la escenificación de la encarnada lucha entre ambas naciones, que se vio patente casi al mismo tiempo en campos de batalla y de fútbol.


Vida hasta la actualidad

Luego de eso, Rodríguez anunció su retiro de la actividad en 1972 con sólo 27 años, debido a los constantes problemas que sufría en sus rodillas, pero al año siguiente le surgió la posibilidad de entrenar, siendo justamente su primer equipo el UES, desde donde partió en sus categorías inferiores, pasando luego por el Sport Club Molsa y el Sport Club Tapachulteca, antes de llegar al Chalatenango.

En 1979 fue nombrado nuevo entrenador de la Selección de El Salvador tras un interinato al frente de sus juveniles durante un tiempo, y logró la segunda histórica clasificación de su país, en este caso al Mundial de España, y como una paradoja del destino, en medio de una sangrienta Guerra Civil interna que se llevó la vida de unos 75.000 compatriotas en 12 años.

Tras esta competencia, anunció su retiro de la conducción técnica tanto de clubes como de selecciones, para dedicarse de lleno a su empresa de ingeniería, además de desempeñar diversos cargos para el Instituto Nacional de Deportes, INDES.



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1 comentario:

  1. Una correccion. El Salvador siempre le fue ganando a Honduras en ese tercer partido de las eliminatorias para el Mundial 1970; primero 1-0, despues 2-1. El gol de pipo Rodriguez no fue de una pelota suelta en el area, fue un pase el cual llego mas rapido que el arquero Hondureño.

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