miércoles, 30 de marzo de 2011

Lucien Laurent, nace el mito Mundial

Si bien la mayoría de los aficionados del fútbol probablemente no registren el nombre de Lucien Laurent, luego de leer este artículo seguro el mismo quedará en la memoria de más de uno, ya que se trata de quien convirtiera ni más ni menos que el primer gol de la historia de los Mundiales.

Nacido en Saint-Maur-des-Fossés en diciembre de 1907, este futbolista nunca se tomó su deporte favorito como un trabajo, algo consonante con la época en la que se vivía. De hecho, pese a su juventud trabajó desde pequeño en la fábrica automotriz de Peugeot, formando parte, eso sí, del equipo de la empresa.

No obstante, por aquel entonces comenzó a hacerse famoso por sus cualidades para el fútbol, las demostradas especialmente en los terrenos del club CA Paris, motivo por el cual lo fichó el Sochaux en 1930, aunque sin pagarle un centavo por sus servicios. El traspaso le hizo ganar fama a nivel nacional, y consecuentemente el llamado a la Copa Mundial de ese año en Uruguay.

martes, 29 de marzo de 2011

Leónidas da Silva, el primer crack brasileño

Considerado el primer futbolista brasileño que deslumbró a nivel internacional, este atacante nació en Río de Janeiro el 6 de septiembre de 1913. Comenzó a sobresalir rápidamente por su plasticidad, que a la larga le llevaría a ganarse el nombre de “hombre goma”, y a los 16 años ya era jugador profesional por el Sao Cristóvao.

Tras un corto paso por el Sírio e Libanés, entre 1929 y 1930, llegaría al Bonsucesso, antes de emigrar al fútbol uruguayo, donde se destacaría notablemente- Sin embargo, extrañaba su patria, y el Mundial de 1934 en Italia estaba cerca, motivo por el cual decidió fichar por el Vasco da Gama, de su ciudad.

Con la participación brasileña en la Copa Mundial de ese año, se pensaba en la explosión de Leónidas, pero sus compañeros no estuvieron a la altura, y Brasil quedó eliminado en la Primera Ronda de la competición, aunque el delantero se dio el gusto de anotar el único gol de su combinado en la misma, ante España en Génova. 

lunes, 28 de marzo de 2011

Gyula Grosics, revancha eterna

La historia de Gyula Grosics es una de esas que emocionan a cualquier amante del fútbol. Nacido en febrero de 1926 en Dorog, Hungría, este futbolista, por desobediencia del mandato paterno de convertirse en sacerdote, se destacó desde muy joven en el arco de distintos equipos de su ciudad, hasta que fichara finalmente en 1945 por el Dorogi Football Club, actualmente en la Tercera División del Fútbol local.

Rápidamente marcó un nuevo estilo para su posición, ya que tenía la costumbre de adelantarse de la línea del arco, actuando como una especie de libero, dándole mayor libertad a su defensa. Entonces, para 1947 se ganaría su primera convocatoria para la Selección Nacional, además de su pase al Mateoz Budapest, de la capital.

Para esa época, era más conocido por su apodo de “pantera negra”, ya que solía vestir íntegramente de negro; y durante la temporada 1949/50 jugó para el Teherfuvar, antes de pasar al Budapest Honvéd, donde coincidiría con Puskas y Kocsis en lo que a la postre se convertiría en la base de la histórica Hungría del Mundial de 1954, denominada “los Mighty Magyars”, que ya se había hecho con la Medalla de Oro de los Juegos Olímpicos de 1952, disputados en Helsinki.